viernes, 7 de enero de 2011

Pseudónimo

Ya no hay lluvia en la venta, chopin, ni taza de café... Así debería empezar una escena épica para inspirarse, sin embargo, no lo hay.

Están las cuatro paredes, un francés desconocido es su banda sonora. Es uno de esos tipos que tienen aires de intelectual, o eso creen tener. La soledad no le acompaña, ¿Quién inventó ese término? la soledad es un estado, jamás una compañera. No es que se sienta solo, es que está solo, lejos de casa arropado por placeres y hambre de mundo.

Su felicidad radica en... cada día radica en algo distinto, se sabe exitoso y por eso es engreído. Sus pasatiempos, dedicar tiempo a objetos con pantallas, a hojas con hartas letras y en algún tiempo atrás, a escribir, pretende volver a ese sendero. Un minuto quiere ser Spota, al siguiente ya es ruso y tiene carácter bélico como Pushkin, siembra el miedo como James, nunca como Poe. Su mente es bizarra como Orwell, pero está alejado de la excelencia de esto, su único fin común, escribir por placer, sin esperar nada a cambio.

Esta es la breve reseña de una mujer, un hombre, un cualquiera que de pronto, se siente y se sabe, capaz de transmitir.